20-4-2020
Es por la mañana, muy
temprano. Me miro al espejo. Hoy haré un curso de varias horas desde mi casa
por videoconferencia. Estos días de atrás me he vestido para estar presentable,
nada de andar en pijama desde por la mañana hasta la hora de acostarse, pero he
repetido mucho la misma ropa, y en ningún caso ha sido la que tengo para ir a
trabajar. ¿Recuerdan el jersey que me manché con lejía, por ejemplo, pues he
seguido poniéndomelo? ¿Qué hago hoy? ¿Me visto algo mejor?
El espejo me devuelve
una cara extraña que, curiosamente, es la mía. ¿La mía? Tengo más barba de la cuenta.
En otras circunstancias ya me la habría recortado. Probablemente hoy debería
hacerlo, pero me da pereza. ¿Para qué? Mañana, o pasado. Los que me verán no me
conocen, o, si me conocen, no se acordarán de lo larga que es mi barba
comúnmente, o, si acuerdan, no se darán cuenta de que me he dado un poco al
abandono. Nadie se dará cuenta, en todo caso, excepto yo.
¿Me visto de arriba abajo
o solo la parte que se me verá? El jersey de la lejía está bien, y nadie notará
las manchas. Lo sé yo, sí, pero eso da igual. O no. ¿Quién soy yo para que me
importe a mí mismo? Lo importante es lo que piensen de mí los otros. Los otros.
¿Por qué tengo esa imagen en Facebook? ¿Por qué tengo esa foto en mi blog, en la
que solo se me ve un ojo que, más que mirar, escruta al espectador? Todo eso no
lo tengo por lo importante que soy yo para mí, sino por lo que quiero que
piensen de mí, porque para mí es muy importante lo que piensen los otros.
Desde que me encerré
en casa no me he puesto colonia. Es una tontería, ya sé, pero hoy me he
acordado de la colonia. Tengo unos pocos frascos, algunos intactos. Me ocurre
como a casi todo el mundo: recibo en forma de regalo más botes de perfume de
los que soy capaz de consumir, aunque me pongo un poco cada mañana, después de
ducharme (cada mañana normal, no cada mañana de estas, claro). ¿Qué hago hoy,
me pongo o no me pongo perfume? No lo olerán, y si me lo pongo yo estaré
oliéndolo los escasos segundos que tarde mi olfato en acostumbrarse a él. Si me
lo pongo me sentiré más seguro y, más seguro, quizá dé mejor imagen en la
videoconferencia. ¿Me pongo uno barato o uno caro?
Mientras me miro al
espejo, pienso en lo importantes que son los espejos. Tanto como una cama o más.
Uno puede tumbarse a dormir casi en cualquier sitio, porque suelo hay en todas
partes y habiendo sueño no hay colchón duro, pero uno no puede pasar sin un
espejo. Por lo menos una persona de nuestro tiempo, que es más por lo que
parece que por lo que es en realidad.