miércoles, 6 de junio de 2018

8. Astorga o Alguien que te espere


                Si ayer dije que me sorprendió el frío nada más salir del albergue, hoy tengo que decir que salí del hostal cabalmente informado por las páginas del tiempo y perfectamente armado contra el frío. Si ayer dije que el viento parecía un dios rencoroso que la hubiera tomado conmigo, hoy debo decir que no hubo viento, sino ese hálito fresco y suave con el que parece respirar la tierra. Si ayer dije que el trayecto fue feo, a pesar de que cruzaba León, hoy tengo que decir que ha sido bonito, que he cruzado un puente monumental en Hospital de Órbigo y que he caminado por un paisaje bastante hermoso.

                Si ayer llegué a un pueblo de gente amable pero desierto, hoy debo decir que he llegado a un pueblo precioso y con mucha gente por la calle. Si ayer dije que llegué hecho polvo a un hostal y me tomé un Ibuprofeno que me sentó del diez, hoy digo que he llegado en perfecto estado a un hotel muy céntrico y con varias estrellas, en cuyo restaurante no me he tomado el menú del peregrino, que lo había, sino eso que en la carta definían como menú gourmet.

                Si ayer no sabía muy bien quién era y escribía en mi cuaderno para negar la soledad que me rodeaba, hoy, que sigo estando solo, y me he preguntado mientras andaba qué soledad es más grande, si la del marinero que se va o la de la mujer del marinero, que se queda, he llegado al convencimiento de que únicamente está solo el que no tiene quien lo espere, y yo lo tengo.


* Ruta.
* Información de la ruta aquí y aquí.