domingo, 17 de junio de 2018

19. Santiago de Compostela o El final del Camino


                He llegado a Santiago de Compostela. Y muy temprano.

                Como prometí, he ido a la catedral a darle el abrazo al santo y en la cola me he acordado de mi familia, de mis amigos y de mis compañeros. 

                He ido a sacarme la “compostella” a la Oficina de Atención al Peregrino, donde he estado dos horas en una cola controlada por un señor con el humor de un sargento de marines y, con el documento en la mano, he ido al encuentro de dos compañeros peregrinos con los que había quedado. Hemos tomado una cerveza en una terraza y hemos comido en la Hospedería San Martín Pinario, del Seminario Mayor, que está junto a la catedral. Y mientras comíamos, hemos sido felices conversando de nosotros y de las personas que amamos, que es otra forma de hablar de nosotros. Teníamos ese punto de euforia del que sube a una montaña y otea el horizonte, del que se siente satisfecho por el deber cumplido.

                Pero seguramente no hemos conversado lo suficiente y hemos quedado allí mismo para cenar. Así que me he ido, he estado dando tumbos bajo la lluvia de Santiago y he vuelto. Hemos cenado, hemos conversado hasta muy tarde y nos hemos despedido con un abrazo, tal vez para siempre.

                En la plaza del Obradoiro, camino de la pensión donde tengo mi residencia, he oído los sones de una tuna que cantaba bajo los soportales del palacio de Raxoi y me he acercado. Eran tunos poco tunos, mayores, con más pinta de profesores que de estudiantes, pero tenían mucho oficio y la gente que estaba escuchándolos solo quería divertirse. Además, era bastante de noche, la plaza estaba desierta y caía una lluvia mansa. ¿Era o no era el ambiente propicio para abandonarse a la alegría?

                Por si no he sido capaz de transmitirlo con acierto, yo os lo diré: lo era. Y os digo también que, después de muchos kilómetros y muchos días de camino, he terminado en Santiago lo que empecé en Burgos, y que lo he terminado con bien, y cantando.

* Ruta.