sábado, 25 de mayo de 2013

No hay dolor más atroz que ser feliz



                “Stephanie, no hay dolor más atroz que ser feliz”, se dice en la primera canción de la cara B del disco “Guitarra Negra”, de Alfredo Zitarrosa. Siempre he intuido detrás de esa declaración la inadaptación al mundo de las personas con un exceso de sensibilidad. Este mundo es tan maravilloso pero tan grotesco, hay en él tanto amor a la par que tanto sufrimiento que las personas extremadamente sensibles o se hacen monjes o conservan un espíritu autodestructivo.

En Zitarrosa sospeché esto último cuando oí por primera vez su poema por milonga “Guitarra negra”. Yo estaba recién llegado a Córdoba, era de noche y en la radio sonaba un programa de música sin presentador. De pronto, la voz grave y personalísima de alguien a quien yo no conocía empezó a enhebrar un poema con la música de una guitarra como fondo. Todavía recuerdo el asombro con que lo oí y lo apabullado que me quedé cuando, al cabo de dieciséis minutos impresionantes, la radio cambió de canción.

Yo no tenía tocadiscos y en mi economía de guerra apenas había dinero para comprar una casete, pero hice un esfuerzo y compré “Guitarra negra”, una obra maestra que ahora está gratis alcance de todos.







Guitarra negra
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Stephanie
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Stephanie