Los ricos
Lo lógico es
que una persona que trabaja doce horas tenga más dinero que una que trabaja
sólo dos y que una que pone en juego su fortuna y la de su familia gane más
dinero que una que no pone en juego nada. Lo lógico es que el que trabaja diez
horas en vez de dos y pone en juego su fortuna en lugar de no jugarse nada
necesite más tarde ayuda, trabajadores, a los que pagará un sueldo, con el que
estos podrán mantener a su familia. Y lo lógico es que, si las cosas van bien,
el hombre que trabaja y arriesga acabe teniendo una gran empresa y ganando
mucho dinero.
Un país con
mucha gente que trabaja y arriesga es, finalmente, un país con muchos ricos,
pero también con muchos trabajadores por cuenta ajena que se ganan un sueldo.
Si España
fuera un país con muchos ricos, el Estado recaudaría más tributos, y no sólo de
los ricos, sino de todos los trabajadores, y se gastaría menos, pues tendría
que pagar menos subsidio por desempleo. Pero España es un país con pocos ricos
y, por ello, con mucho desempleo.
Hay quien
considera que no basta con fijar derechos para los trabajadores que los
dignifiquen e impidan el abuso de los empresarios; ni basta con establecer
impuestos directos progresivos, a fin de que los que más ganan paguen más que
lo que ganan menos; ni basta con asegurar derechos iguales para todos los
ciudadanos, a fin de que todos ellos, independientemente de su capacidad adquisitiva, tengan acceso a
los mismos servicios; ni basta con precisar derechos igualitarios, que den más
a los que menos tienen. Incluso hoy, hay quien considera que todos somos
iguales siempre, trabajemos lo que trabajemos y arriesguemos lo que
arriesguemos, y que lo que hay es que acabar con los ricos, con todos los
ricos, con los ricos que han conseguido su fortuna por medios fraudulentos y
con los que la han conseguido honradamente y con mucho sacrificio.
Detrás de esa
justicia revolucionaria que quiere que todos seamos iguales al final, hayamos
hecho lo que hayamos hecho por el camino, hay mucha pobreza intelectual y mucha
envidia. En lugar de perseguir el fraude, el incumplimiento de las leyes y la corrupción,
vengan de donde vengan, hay quien sólo piensa en perseguir a los ricos, aunque
sean honrados y trabajadores. Los que así opinan no me parecen muy de fiar y son un peligro para la
riqueza de la sociedad.