sábado, 1 de junio de 2013

¿Rectificar y ya está es de sabios?



Cuando España necesita urgentemente acuerdos de todas sus fuerzas políticas y sociales, o incluso gobiernos de concentración, ellos andan tirándose los tratos a la cabeza, pensando más en cómo conseguir el aprecio de los electores que en sacar al país adelante, pero son capaces de ponerse de acuerdo (por unanimidad) para un asunto que les interesa personalmente, sólo personalmente.


Aunque no paran de dar comunicados y notas de prensa para que sepamos lo bien que lo hacen ellos y lo mal que lo hacen los otros, y convocan a los periodistas para que asistan a ruedas de prensa donde exponen (y me voy a repetir) lo bien que lo hacen ellos y lo mal que lo hacen los otros, y aunque tienen emisoras de radio y una de televisión que sobreviven gracias al Presupuesto Público, donde se dan noticias sobre ellos (¿las que quieren ellos?), o incluso un programa específico sobre el Parlamento Andaluz, se las han ingeniado para que ese acuerdo no salga a la luz, como si desde el principio supieran que era vergonzante.


Quienes no reconocen nunca los aciertos del adversario, por evidentes que sean, y quienes reprochan siempre, sin excepción, los errores de los otros, han rectificado cuando el asunto ha trascendido, pero ninguno ha explicado cómo se acordó por unanimidad una medida que ahora todos consideraran “inoportuna” o “desacertada”, ni ha explicado ninguno por qué se hizo en el más absoluto de los secretos.