viernes, 15 de julio de 2022

Los caminos de Adroches XII: Santa Eufemia o Lo que cabe en un costal

 

Según tengo oído, el mundo se divide entre los que se acuestan tarde, que son más dados a la contemplación, y los que se levantan temprano, que son más dados a la acción, algo con lo que yo estoy de acuerdo, pues ligar ambas actitudes se me antoja imposible, dado que, como se decía en la familia de mi madre, «madrugar y trasnochar no cabe en un costal».

Lo recuerdo un domingo de julio, de noche. He puesto el reloj muy temprano y, aun así, me he levantado antes de que suene, con el fondo sonoro de las voces de unos jóvenes que pasan por la calle, evidentemente de recogida. Me visto, desayuno y salgo de mi casa con la fresca. Afuera, una parejita joven va calle arriba, hablando bajito, y pasa un coche con bicicletas. Mientras voy a por mi coche, me cruzo con varios todoterrenos y otros vehículos de campo, con cuyos conductores, de algún modo, me siento solidario.

Cientos de  pájaros, quizá miles, pían como demonios en el parque Aurelio Teno, para fastidio de los vecinos a los que les cueste conciliar el sueño, que en esta época del año deben dormir con las ventanas abiertas si no quieren cocerse en su propio sudor.



Los pájaros no entienden de domingos, creo. Son como los pensionistas, creo. Como lo sería yo si fuera pájaro y como lo seré cuando sea pensionista, creo. Aunque, bien pensando, supongo que, siendo pájaro, también entendería de domingos y los utilizaría para salir a volar antes, en lugar de quedarme con los otros atronando el parque con mis gritos. Así que eso me pasará también cuando sea pensionista, que saldré antes a ver las obras.

La naturaleza tiene esas cosas, que uno no puede dejar de ser como es, ya sea del género currante, del género pájaro o del género pensionista. Uno no puede dejar de ser como es y, sea como sea, está bien: así, hay gente, como Carmen, que prefiere la luz del anochecer, leer novelas y la música «chill out», y gente como yo, que prefiere la luz del amanecer, escribir cosas como esta y la música más movida, especialmente si se puede bailar.

Hay gente que dice «para un día que tengo, lo aprovecho y me levanto tarde», y gente que dice «para un día que tengo, lo aprovecho y me levanto temprano». A ver cómo se entiende eso, siendo «aprovechar» un verbo que para unos y para otros tiene el mismo significado.

A lo que iba, que, cuando salgo del pueblo, ya se ve, aunque aún no ha amanecido. Me amanece caminando hacia el Guadalmez, en el precioso camino que Adroches propone para Santa Eufemia.

Para ver la ruta, pincha sobre la imagen