miércoles, 5 de diciembre de 2018

¿Te acuerdas?


         ¿Te acuerdas cuando me decías que no me peleara con mis hermanos, que obedeciera a los profesores, que fuera educado con los vecinos, que le hablara de usted a las personas mayores?


         ¿Te acuerdas cuando me contabas un cuento, cuando me dabas un beso de buenas noches, cuando rezabas conmigo esas oraciones sencillas que hablaban de los ángeles y la belleza?

         ¿Te acuerdas cuando me lavabas en un barreño con el agua tibia que traías en un cazo, porque no teníamos cuarto de baño, y me ponías la ropa limpia, y me hablabas con dulzura y me sonreías?

         ¿Te acuerdas cuando me empujabas a que fuera generoso con los necesitados, a que le diera valor a lo importante, a que fuera bueno, así, a que fuera sencillo y bueno?

         ¿Te acuerdas cuando tantas veces estuve enfermo y me mimaste, cuando traje malas notas y no pusiste el grito en el cielo, cuando te mentí y lo descubriste y esperaste, y luego no me dijiste nada, como si no hubiera pasado nada?

         ¿Te acuerdas que nunca me has hablado mal de nadie, ni me has transmitido rencor, ni me has obligado a ser de esto o de lo otro?

         ¿Te acuerdas, mamá?

         Hoy que ya no te acuerdas de todo eso, que ya no te acuerdas de mí y has olvidado mi nombre y me miras con esa interrogación infinita con que miras el rostro de cualquiera, hoy, madre, me he acordado de todo eso, y no sabes lo feliz que me he sentido, y no sabes cómo te lo agradezco.