“Sucedió
en Pozoblanco”, de Basilio García, es un libro que cuenta la historia del
Caraquemá, un maquis que anduvo por las sierras de Los Pedroches entre 1947 y
1949. Si traigo a colación ese libro es porque su lectura resulta impactante y
sumamente recomendable, y eso aunque está muy mal redactado y contiene faltas
graves de distinto tipo. Es más, pienso que el libro no sería el mismo si
alguien hubiera pulido las formas hasta dejado conforme a las reglas de la
sintaxis y la ortografía, porque en ese caso habría perdido buena parte de su
fuerza.
No digo que cometáis faltas
adrede o que hagáis público un escrito sin haberos asegurado antes de que tiene
una redacción correcta. Si llamo la atención sobre ese caso extremo es para que
veáis que para expresarse no hace falta gozar de una técnica excelente.
La escritura tiene mucho de
introspección, de ahondar en nuestros pensamientos y sentimientos para
conocernos mejor, y a eso no se puede renunciar porque no se sepa dónde se
ponen las comas o si “yendo” se escribe con “y” o con “ll”. Dejar ese ejercicio
conveniente y placentero solo porque no escribimos con corrección sería tanto
como dejar de ir al psicólogo porque nos embarullamos al hablar.
A mí no me enseñaron a redactar,
ni a nadie de mi generación, aunque por aquel entonces el sistema educativo
ponía mucho énfasis en la eliminación de las faltas de ortografía, ejercicio
que no sé si se hace ahora. Yo he aprendido a redactar redactando. Y mientras
aprendía escribía cosas como esta, aunque nadie las leyera.
Hay gente que no escribe porque
se avergüenza de cómo lo hace. Se avergüenza incluso aunque nadie vaya a leer
lo que ha escrito, se avergüenza de su propia incapacidad, de sí mismo, y de
esa manera se autolimita y se empequeñece.
Muchas de las novelas que son
auténticos éxitos de ventas han sido intensamente corregidas por personas
distintas de sus autores, algunos de los cuales no saben escribir correctamente.
Vosotros no aspiráis a ser autores de éxito, y no vais a publicar nada por
ahora. No aspiráis más que a dar rienda suelta a una afición. ¿De verdad vais a
dejar de escribir porque pongáis “yendo” con “ll”?