domingo, 25 de noviembre de 2018

Escribir por escribir (3). ¿De qué escribo?


           De eso, justamente de eso. Siente la llamada y déjate llevar. ¿Hay algo que te preocupa y quieres escribir? Escribe. ¿Algo te hace feliz y te gustaría recogerlo por escrito? Ponte a ello. ¿Te ha emocionado un paisaje, un gesto, un recuerdo inesperado? Pues, venga, ¿a qué esperas?

                No tienes por qué escribir una obra de ficción, y mucho menos una novela. Si te gusta escribir, puedes empezar recogiendo detalles de tu alrededor y pequeñas reflexiones sobre lo que te ocurre o sobre lo que sucede en tu entorno o en el mundo.

La vida de las personas es una sucesión de pequeños detalles en los que casi nadie repara, porque es mucho más fácil para los sentidos y para la inteligencia fijarse en los trazos gruesos, que son evidentes y se perciben al instante. Los trazos gruesos son necesarios, porque nos dan una idea inmediata de cómo son las personas y nos ayudan a movernos con presteza en la situaciones cotidianas, pero no siempre responden al fondo de la realidad.

Con tu alrededor y con el mundo paso lo mismo. Hay una realidad noticiosa, que es la que nos mandan los informativos, y una realidad social, que es aquella en la que vivimos. La primera está llena de hechos extraordinarios y parece caótica. En ella están los políticos y sus actitudes infantiles, pueriles y barriobajeras, los famosos y sus genialidades o sus excentricidades y lo más llamativo de la condición humana, que suele ser lo menos humano de ella. En la realidad social, en cambio, están las personas como tú y como yo que no se tiran los trastos a la cabeza cuando hablan de política, ni tienen comportamientos geniales o excéntricos ni saben hacer el pino con una mano, por ejemplo.

Escribir sobre los detalles de lo que te ocurre o sucede a tu alrededor, en esa realidad social que no sale en los telediarios, te obligará a reflexionar y sacará lo mejor de ti. Recuerda que solo los técnicos escriben de lo que saben. Los demás, tú y yo incluidos, escribimos de lo que estamos dispuestos a aprender buscando respuestas en nosotros mismos.

¿Has leído el título de este blog? Puede parecer una ocurrencia o un juego de palabras, pero si se llama “Tratado de lo que ignoro” es precisamente por eso.

¿Hay algo que te inquieta pero no sabes exactamente por qué? ¿Te gustaría ahondar, buscar, extraer, analizar…? Escribe.

En las conversaciones de barra de bar o de mesa camilla se aprende mucho, siempre que estemos dispuestos a escuchar a los otros, pero la conversación que más enseña es la que se tiene con uno mismo, siempre que estemos dispuestos a escuchar las distintas voces que provienen de nuestro interior, algo a lo que no siempre estamos dispuestos.