1.-
Todos los seres humanos, por el mero hecho de serlo, tienen derecho a recibir
los servicios públicos y vivir como se vive en un país muy desarrollado. Todos
tienen derecho a vivir como se vive en Dinamarca, por ejemplo. Tienen ese
derecho los daneses, los españoles, los griegos, los paquistaníes y los
nigerianos. En la puesta en práctica de ese derecho influyen el azar y el empeño
que uno ponga en conseguirlo. Y parece evidente que los daneses (tomados como
sociedad) ponen más afán en parecerse a sí mismos que ponemos los españoles en
parecernos a ellos, o ponen los griegos, o los paquistaníes, o los nigerianos.
2.-
Cuando uno no gobierna puede decir que no se pueden reducir las pensiones, no
se puede incrementar la edad de jubilación, no se puede incrementar el IVA, no
se puede gastar menos en sanidad, ni en educación, ni siquiera se puede gastar
menos en televisión pública y en el mantenimiento del ejército, porque el
pueblo tiene sus necesidades y además tiene su dignidad, y nosotros no vamos a
ser menos que los daneses, por seguir con el ejemplo.
Cuando se
gobierna, uno tiene que dejarse de palabras y debe tratar de solucionar los
problemas con lo que hay. Y lo que hay es lo que hay, y en esa verdad de
Perogrullo se resume la economía del tajo, la política del tajo y la vida misma
del tajo, que es muy distinta de la economía del mitin, la política del mitin y
la vida misma del mitin. O dicho de otra forma, en eso se diferencia la
democracia de la demagogia. O dicho de esta otra: en eso se diferencian los
líderes de verdad de los líderes de pacotilla.
3.-
Los malos estudiantes le echan la culpa de sus suspensos a los profesores y los
malos deportistas le echan la culpa de la derrota a los árbitros. Siempre es
más fácil echar a los otros la culpa de nuestros problemas que a nosotros
mismos, especialmente cuando los otros son más
guapos que nosotros, o más listos, o más populares.
Las
personas maduras analizan sus errores, los asumen y aprenden de ellos.
4.-
No debe olvidarse que las sociedades democráticas eligen a sus dirigentes, por
lo que no solo se hacen cargo de los aciertos y los errores de ellos, sino que
son los últimos responsables de esos aciertos y esos errores.
5.-
Las sociedades eligen a sus líderes para que tomen decisiones por ellas. Cuando
una sociedad tiene un problema del que se sale con una negociación, corresponde
a los líderes buscar la solución más adecuada. Los líderes, ante la realidad
del problema, no pueden lavarse las manos y devolvérselo a la sociedad, que
está menos enterada que ellos y no puede negociar una salida.
6.- La justicia social es un juego de equilibrios
en el que hay desplazamientos de dinero de unos bolsillos a otros. Las
sociedades que prestan contribuyen a mejorar a las sociedades que reciben el
dinero. Pero las sociedades que prestan también tienen pobres. Y los tienen las
sociedades que perdonan el dinero prestado.
7.-
Hay muchas formas de perder la confianza de los demás. La principal no es
dejando de pagar lo que debes, si has hecho todo lo posible para pagar, sino
dando largas y poniendo excusas.
8.-
Cuando alguien decide, crea un precedente, que de alguna manera acabará en
norma. Los precedentes hacen pedagogía, pues enseñan a todos el camino a
seguir.
Los
cumplidores esgrimen las normas, en tanto que lo incumplidores esgrimen los
precedentes.
9.-
El que incumple sin hacer todo lo posible para cumplir agravia al que ha hecho
todo lo posible, cumpla o incumpla.
10.-
No se puede asfixiar al deudor, ni por el bien del deudor ni por el bien del acreedor.
Algunas
veces debe perdonarse parte de la deuda, pues siempre es mejor cobrar algo que no
cobrar nada.
Es
mejor perdonar toda la deuda que perder a un hermano, si el hermano ha
aprendido la lección.
* Tomé las fotos en las islas griegas, en el verano de 2008