jueves, 4 de junio de 2015

Los puentes

                El mundo no se divide entre hombres y mujeres, entre blancos y negros, entre creyentes e impíos, entre nosotros y todos los demás. El mundo es complejo y sus límites son solo aparentes. Entre unos seres y otros hay mucho más en común de lo que nos pensamos, por ajenos que nos parezcan sus valores y extraños a nosotros que sintamos sus opiniones. Sufre la madre de la víctima y sufre la madre honrada del asesino. Aunque tal vez sea de distinto color y forma, todos los seres humanos formamos un tejido único. 

                Hay quienes ven que el mundo es diverso y se dedican a tender puentes entre unos seres y otros. Son aquellos que piensan en la razón del enemigo, que sienten el frío del que está en las trincheras del otro lado y que tienen más dudas que certezas. Hay quienes puestos en un lugar determinado generan armonía y bienestar, porque ceden cuando hay que ceder y cuando se muestran firmes lo hacen con una sonrisa.


                Hay quienes creen que el mundo es uniforme y lo tratan con la astucia de los tercos. Son los que creen que las cosas deberían ser como a ellos les parece, los que no le tienden puentes ni al enemigo que huye, los que insultan al adversario y solo tienen certezas. Hay quienes puestos en un lugar determinado generan conflictos y malestar, porque no ceden más que guiados por el interés.


                El castellano es rico en matices y distingue con claridad entre los que son sencillos y los que, a fuerza de retorcidos, son simples.


* Puente Romano sobre el Guadalquivir, en Córdoba, al atardecer del pasado 1 de junio.