martes, 18 de julio de 2017

13 años de rock’n’roll y papel fotocopiado

                Entre 1997 y 2010 (sin periodicidad y con lagunas importantes), un grupo de amigos editaron en Pozoblanco un fanzine bajo el título Serie B, del que ahora han hecho un recopilatorio reordenado y comentado que, acompañado de un disco también recopilatorio, ha salido a la calle bajo el título 13 años de rock’n’roll y papel fotocopiado. Mientras lo leía, he sentido admiración y ternura hacia los autores, pues me he imaginado a un grupo de jóvenes hablando en un pub, especialmente de música, pero también de cine y de libros, unos jóvenes que en un momento determinado deciden hacer públicas sus opiniones y se lanzan a analizar por escrito aquello de lo que antes hablaban, que recogen en una revista hecha a base de papel fotocopiado cuyo número cero llevaba una tirada inicial de 85 ejemplares.

                 Por el libro desfila prácticamente todo lo que en Pozoblanco tuvo algo que ver en esa época con la música pop y sus aledaños, como grupos y solistas, cantautores y estudios de grabación, y se hace un extenso recorrido por la niña de los ojos de los autores, que no fue otro que el Pop-zoblanco, cuyo nacimiento, auge y desaparición puede seguir el lector como “una historia de amor y odio entre la muestra y el fanzine”, según reza literalmente el título del primer capítulo.

                Los otros capítulos recogen entrevistas, opiniones (las de Antonio Jimeno, Grovieland, suponen un interesantísimo apartado), crítica de cine y una miscelánea de artículos sobre diversos asuntos relacionados con la música.

Como por sí sola demuestra la lista de discografía recomendable que aparece al final del libro, los fanzines analizaban la cultura surgida al margen de los círculos oficiales/comerciales o explicaban la cultura oficial de una forma alternativa, y lo hacían de una manera meditada, sistemática, científica, de modo que 13 años de rock’n’roll y papel fotocopiado es, también, la visión razonada que aquellos jóvenes tenían de la cultura de la que eran partícipes, que por referirse especialmente a Pozoblanco y a Córdoba es la de la cultura alternativa/independiente de esta población y esta provincia.

En unos tiempos en que la cultura está unida a las instituciones, y no parece posible crear al margen de las subvenciones, 13 años de rock’n’roll y papel fotocopiado nos demuestra que la cultura independiente existe, y que detrás de los éxitos que emiten y vuelven a emitir machaconamente las grandes cadenas de radio (éxitos que ellas mismas han creado), hay un mundo más creativo y más sincero, indie, que recoge buena parte de las inquietudes de nuestra sociedad, de las que no se da cuenta en los circuitos oficiales.


Y en unos tiempos en que la acción está unida a los emolumentos, y no parece posible que alguien haga algo por amor al arte, resulta conmovedor que hasta hace bien poco un grupo de jóvenes se dedicara a algo tan sumamente entrañable y lírico como analizar el mundo que nos rodea.