lunes, 7 de marzo de 2016

Otra relación

                En nuestro entorno más próximo están nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo y nuestros vecinos. No quiero extenderme sobre las relaciones que mantenemos con ellos, ni en las distintas emociones y sentimientos que provocamos y nos provocan, ni en los conflictos que pueden suscitarse cuando se asumen a la vez papeles distintos, como el de padre y el de amigo, por ejemplo. Lo que parece absolutamente cierto es que la felicidad depende de la calidad de esas relaciones más que de ningún otro factor, desde luego mucho más que del dinero, el poder y la gloria.

                Hay otro tipo de relaciones afectivas: la que mantiene el artista con el destinatario de su obra. No en vano, el valor de una obra de arte deriva de la capacidad que tenga para transmitir emociones y esa capacidad depende, en gran medida, de lo que de sí mismo haya puesto en ella el autor.

                Entre lo que siento cuando intento recoger en una foto un paisaje, por ejemplo, y lo que siente la persona que ve la foto hay una afinidad que nos une. Lo mismo pasa cuando intento expresar con palabras una idea o una emoción, si he logrado captar lo que quería.


                Así, pues, no soy trivial ni frívolo cuando afirmo que te siento cuando me lees, pues de alguna forma es verdad.