Del rigor de la ciencia
En
aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa de
una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una
Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los
Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el Tamaño del
Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la
Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era
Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los
Inviernos. En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa,
habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de
las Disciplinas Geográficas.
Jorge Luis Borges
El Hacedor (1960)
Del rigor del derecho a
decidir
En
aquella sociedad, la Libertad logró tal perfección que el derecho a decidir del
Estado se cedió a una Comunidad Autónoma, y el de una Comunicad Autónoma a una Comarca,
y el de una Comarca a un municipio. Con el tiempo, ese derecho a decidir no
satisfizo y los gobernantes concedieron el derecho a decidir a los individuos,
que tuvieron la potestad de poner fronteras a su casa y pagar los impuestos que
le vinieran en gana. Menos adictas a la Libertad, las generaciones siguientes
entendieron que ese derecho era inútil y no sin impiedad lo entregaron a las
Inclemencias del sol y los inviernos. En algunas normas aún perduran
despedazadas ruinas del derecho a decidir, con normas que protegen a los animales
y a los mendigos; en todo el país no hay otra reliquia de esa Libertad exagerada.