martes, 10 de diciembre de 2013

Volveré a Cádiz

           No tardaré tanto tiempo en volver a Cádiz. Me reclaman las imágenes que he visto, los sonidos que guardo en la memoria, la bulla de la gente por las calles estrechas y rectas de su casco antiguo. Volveré a Cádiz pronto para pasear de madrugada junto a la playa de la Victoria, para ver atardecer desde el castillo de Santa Catalina, para caminar tranquilamente de plaza en plaza, para sorprenderme con sus magnolios gigantescos y sus pequeños jardines. Volveré a Cádiz para comerme un arroz marinero, para tomarme una cerveza con pescaíto frito en alguna de sus tabernas, para ver pasar a la gente desde el banco de una plazoleta, para observar cómo siguen las obras del gigantesco puente que se está construyendo sobre la bahía. Volveré a Cádiz para sentir el mar de lado a lado, para apreciar sobre sus piedras el ritmo de la Historia y para valorar en lo que valen los gritos de libertad.

Ya me urge. Acabo de volver, pero ya siento que me urge. No debo tardar tanto tiempo en volver a Cádiz.