Luis Lepe Crespo ha muerto. En su funeral, su familia me ha dicho que Luis me quería, que me quería mucho. Me lo han dicho agradecidos. Como si el cariño que él me daba le hubiera hecho bien a él y yo hubiera hecho algo para merecerlo.
Conocía a Luis desde siempre y conocía su obra, de modo que podría hablar extensamente de ambos. Pero ahora no sé cómo hacerlo. Ahora solo me sale hablar de mí.
De mí, porque Luis se ha muerto y con él se va alguien que me quería. Porque él se ha muerto y yo me quedo aquí, más solo, huérfano de su cariño.