miércoles, 2 de abril de 2014

Microbús



                He visto muchas miles de veces a Torrecampo desde La Motilla, la mayoría de ellas al amanecer. A esas horas, no es infrecuente que el pueblo se halle cubierto de bruma, aunque las nubes acostumbran a detener su camino un poco más allá, en la vega del Guadalmez. Torrecampo suele aparecer como un trazo recto, blanco y rojo, sobre el verde del bosque de dehesa, roto a la izquierda por los cipreses del cementerio y enmarcado por la línea de los montes de la Sierra de Alcudia. El sol, dependiendo de la época del año, le sale al viajero por la derecha, más o menos por donde está Fuencaliente.
Torrecampo visto desde La Motilla a primera hora del 30 de marzo de 2014
                 He visto las mismas miles de veces a Pedroche desde La Motilla, la mayoría de ellas a primera hora de la tarde. Pedroche está en lo alto de un pequeño cerro y desde La Motilla se divisa por completo su lado norte. Los colores de Pedroche también son el rojo y el blanco, pero no forman una línea, sino un racimo extendido en el valle sobre el que fluye el chorro ocre de la torre de El Salvador.
Pedroche visto desde La Motilla a la misma hora del mismo día
                Desde el altozano de La Motilla se ve Torrecampo a un lado y al otro, Pedroche. Son dos visiones distintas. Pedroche es más la contemplación del pueblo y de su torre y Torrecampo es más lo que evoca y los montes grises que cierran el horizonte. Cuando el viajero va de La Motilla hacia Pedroche, se encamina al centro de la comarca. Cuando pone rumbo a Torrecampo, en cambio, va hacia la última periferia, detrás de la cual están los montes y, detrás de los montes, tal vez la nada.
                 Paso por La Motilla a diario y me cruzo a diario con el microbús que, con la ayuda de sus usuarios, sostienen exclusivamente los ayuntamientos de El Guijo, Pedroche y Torrecampo para que los vecinos de sus pueblos (más de 3.000 habitantes en total) puedan acudir a Pozoblanco, donde está el Hospital Comarcal, las oficinas de la Administración Central y de la Junta de Andalucía, la educación alternativa a la pública, el Registro de la Propiedad y, entre otros lugares donde se prestan servicios y se venden cosas, donde están las conexiones por autobús con el resto del mundo. Lo sostienen estos Ayuntamientos, aunque no es un asunto de su competencia, porque muchos vecinos de El Guijo, Pedroche y Torrecampo tenían que hacer autostop o que pagarse un taxi interurbano para algo tan elemental y tan necesario como acudir al especialista médico, esto es, para ir al mismo sitio que otros vecinos de otros municipios iban en autobús. Y lo sostienen estos Ayuntamientos sin recibir compensación alguna, ni del titular de la competencia, que es la Junta de Andalucía, ni de ninguna otra Administración.
                 También me cruzo a diario con el autobús que lleva a los estudiantes a los institutos públicos de Pozoblanco. Los estudiantes se pueden subir en el microbús público de los Ayuntamientos, si quieren, pero el público en general tiene prohibido subirse en el autobús de los estudiantes, que va medio vacío. La legislación tiene esas paradojas, seguramente llenas de razón, pero que a muchas personas nos cuesta trabajo entender.
                  El caso es que ha cambiado la legislación local y no sé cuánto tiempo podrá durar el servicio de microbús de los Ayuntamientos, al menos tal y como está montado. Por ahora, los vecinos de El Guijo pueden ir a Pozoblanco en el microbús de su Ayuntamiento, que costean (hay que decirlo muchas veces, para que se sepa bien), además, los Ayuntamientos de Torrecampo y Pedroche, a fin de que sus vecinos también puedan ir a Pozoblanco. Los municipios de El Guijo, Torrecampo y Pedroche tienen poco movimiento y por eso no tenían viajeros para sufragar el coste del servicio de autobús, así que el concesionario renunció y ya está. Y, excepto los dolientes, casi nadie se enteró de ello, ni siquiera en la comarca, aunque hubo movilizaciones de los vecinos afectados.
                 Hay un camino que va desde la carretera de El Guijo a Torrecampo (A-2300) a la carretera de Torrecampo a Villanueva de Córdoba (CP-138) y pasa por La Motilla. Nosotros lo hicimos el otro día. Es un recorrido muy cómodo, que se hace por una zona alta de la penillanura desde la que se divisan los tres pueblos mencionados, especialmente Pedroche, cuya dehesa de propios se atraviesa. Yo paso por La Motilla a diario y al sentarme a escribir esta pequeña crónica me he acordado de los viajeros del microbús que deben pasar por este mismo punto para ir a sus obligaciones, un microbús que, ya digo, costean ellos, los Ayuntamientos de sus pueblos y nadie más.