Hoy, que es el día de la
mujer, me he acordado de esas mujeres que sufren la discriminación de los suyos
y de nosotros.
La sufren de los suyos por ser
mujeres y de nosotros por ser mujeres, por ser musulmanas, por ser extranjeras y
por ser pobres, sobre todo por ser pobres.
Y me he acordado de ese pacto ignominioso
con Junts per Catalunya por el que se pretende mantener el Gobierno (que siempre
es lo accesorio, el medio) a cambio de ceder en los principios (lo fundamental,
el fin).
¿Habrá quien justifique ahora
esa forma de actuar, cuando antes la denigraba? ¿Habrá quien cegado por las
consignas más sectarias la justifique?
La cosa acabará mal. Siempre ocurre en esos casos, cuando uno impone y los
otros se ven obligados a firmar. Acabará mal para el que impone. Y para los que
lo siguen solo porque es el más fuerte. Acabará mal para Estados Unidos y para
quienes se han arrimado a la sombra de su presidente y le ríen las
gracias, quizá pensando que en el futuro podrán sacar provecho de ese apoyo. Y
acabará mal para los ciudadanos de EEUU, quizá especialmente mal para aquellos
que creyeron seguridad en sí mismo lo que no era sino estupidez y lo votaron.
Donald Trump es el típico gigante torpe que no sabe gestionar su fuerza, al
que todo el mundo teme pero casi nadie respeta. Y el miedo no genera en el otro
más que sensación de injusticia y resentimiento, rabia, un sentimiento larvado
dispuesto a ponerse en marcha a la menor sensación de debilidad del poderoso.
Si Ucrania, si Méjico, si Canadá, si China, si la Unión Europea y si otros
muchos acaban llegando a acuerdos con EEUU solo porque Trump los impone, a EEUU quizá le vaya bien al principio, quizá, pero le irá mal no tardando mucho, porque los
acuerdos hay que cumplirlos y nadie cumple bien un acuerdo en el que sale
manifiestamente perdiendo mientras el otro sale manifiestamente ganando.
Un acuerdo equilibrado es la clave para que ambas
partes se sientan satisfechas y comprometidas con lo pactado y, además, suele
ser la mejor garantía para que se cumpla sin problemas. ¿Firmaría Donald Trump los
acuerdos que está imponiendo a unos y a otros? ¿A que no? Pues eso.