sábado, 8 de marzo de 2025

La sábana que cubre el cuerpo de mi mujer

 

Hoy, que es el día de la mujer, me he acordado de esas mujeres que sufren la discriminación de los suyos y de nosotros.

La sufren de los suyos por ser mujeres y de nosotros por ser mujeres, por ser musulmanas, por ser extranjeras y por ser pobres, sobre todo por ser pobres.

Y me he acordado de ese pacto ignominioso con Junts per Catalunya por el que se pretende mantener el Gobierno (que siempre es lo accesorio, el medio) a cambio de ceder en los principios (lo fundamental, el fin).

¿Habrá quien justifique ahora esa forma de actuar, cuando antes la denigraba? ¿Habrá quien cegado por las consignas más sectarias la justifique?



jueves, 6 de marzo de 2025

Los negocios del dinosaurio

 

La cosa acabará mal. Siempre ocurre en esos casos, cuando uno impone y los otros se ven obligados a firmar. Acabará mal para el que impone. Y para los que lo siguen solo porque es el más fuerte. Acabará mal para Estados Unidos y para quienes se han arrimado a la sombra de su presidente y le ríen las gracias, quizá pensando que en el futuro podrán sacar provecho de ese apoyo. Y acabará mal para los ciudadanos de EEUU, quizá especialmente mal para aquellos que creyeron seguridad en sí mismo lo que no era sino estupidez y lo votaron.

Donald Trump es el típico gigante torpe que no sabe gestionar su fuerza, al que todo el mundo teme pero casi nadie respeta. Y el miedo no genera en el otro más que sensación de injusticia y resentimiento, rabia, un sentimiento larvado dispuesto a ponerse en marcha a la menor sensación de debilidad del poderoso.

Si Ucrania, si Méjico, si Canadá, si China, si la Unión Europea y si otros muchos acaban llegando a acuerdos con EEUU solo porque Trump los impone, a EEUU quizá le vaya bien al principio, quizá, pero le irá mal no tardando mucho, porque los acuerdos hay que cumplirlos y nadie cumple bien un acuerdo en el que sale manifiestamente perdiendo mientras el otro sale manifiestamente ganando.

Un acuerdo equilibrado es la clave para que ambas partes se sientan satisfechas y comprometidas con lo pactado y, además, suele ser la mejor garantía para que se cumpla sin problemas. ¿Firmaría Donald Trump los acuerdos que está imponiendo a unos y a otros? ¿A que no? Pues eso.