Casa de la Huerta de Los Leones
(Belmez), totalmente en ruinas, el domingo pasado
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La
clave se cae. La clave es la piedra que aguanta todas las presiones del arco y
se cae. Y si se cae la clave, se acabará cayendo el arco. Y el arco cierra el vano,
desvía los empujes y sustenta el edificio. Si se cae el arco, se caerá el
edificio.
Uno
no puede dejar de tener pensamientos así cuando ve cayéndose al ladrillo que
cierra el arco. La Historia, la religión y el arte están llenos de apelaciones
a la importancia de esa piedra angular. ¿Quién es la persona clave de una
organización, de una familia, de un grupo de amigos? ¿Soy yo la clave de algún
edificio? ¿Cuál es la clave de la felicidad o, al menos, de la serenidad necesaria
para tomarse con estoicismo lo que venga?
Carmen
y yo acabamos de recibir una carta y un ramo de rosas. La carta viene a decir
que nosotros hemos sido la clave sobre la que se han forjado unas formas de ser
y de pensar de la que sus autores se sienten orgullosos. Ha sido conmovedor de
verdad. Ser clave no es tarea fácil, pero ahora sé que es de lo más
gratificante que hay.